3 Tips para alinearse con el NORTE DE VIDA

¿Alguna vez te preguntaste si tu vida tiene un propósito o una “misión” específica?
Si te cuestionaste esto en algún momento este post y el tópico de esta semana te va a interesar. Este propósito existe y está alineado con el Norte de Vida. En una época donde el mundo está “patas para arriba” la única solución para encontrar satisfacción real es encontrar TU PROPIO NORTE. Cada ser humano en este planeta tiene su propio norte de vida donde todo crece y cobra mayor sentido.

El nodo norte en astrología es un punto matemático que indica el camino a seguir si lo que se desea es vivir una vida plena y con sentido. Todo suena muy lindo pero ¿Por qué a la gente suele costarle tanto encontrar ese propósito más grande? La respuesta es sencilla, porque requiere avanzar en la dirección de lo desconocido. Como seres humanos, lo desconocido y aquello sobre lo que no tenemos control suele generarnos miedo y parálisis.

Sin embargo estos son fantasmas, porque la vida siempre es evolución y avance. Es por esto que te voy a dar 3 tips para alinearte con tu norte de vida:

• 1) Identificar una decisión que te de “miedo” pero que en el fondo sientas que te llena de adrenalina y entusiasmo el solo imaginarte tomándola. Esto es muy sencillo si observás el área de tu vida en la tengas claro que tiene que haber un cambio.

• 2) Olvidarte de complacer o cuidar a otros. Si tu energía está apuntada a sostener expectativas o vidas de otras personas nunca vas a tener esa energía completa para vos. El norte de vida se alinea con claridad cuando decidís elegir por vos y por lo que a vos te hace bien.

• 3) Aceptar que para despertar un propósito más grande y alinearte con ese norte de vida, vas a tener que perder el márgen de seguridad de lo conocido y que NO ES EL FIN DEL MUNDO. Solo es un momento de incomodidad necesario para que encuentres nuevas inquietudes y recursos que en tu zona cómoda no hubieras descubierto.

Tu mejor vida está siempre disponible para vos, solo tenés que animarte a desacomodar un poco los miedos con acciones concretas y ver cómo todo empieza a acomodarse en dirección a un nuevo y mejor destino.